Durante el siglo III Oriente vivía una situación de machismo extremo. Tan grande eran las limitaciones sufridas por las mujeres en la China antigua que no solo se les estaba prohibida la educación, sino que además debían vivir encerradas en las casas de sus padres o maridos. Ante esta imposibilidad comenzaron muy gradualmente a crear un sistema de comunicación escrito considerado único ya que es, o mejor dicho fue, la única lengua escrita que no posee un paralelo oral; así nace el Nushu, o “escritura de las mujeres” en Chino.
Un gran problema en la conservación de este lenguaje es que no existen prácticamente documentos escritos. La mayoría de los escritos formaban poesías con líneas de versos, de 5 o 7 caracteres. Era trasmitido de madres a hijas o entre cuñadas. Entre los manuscritos más llamativos están las “Cartas del tercer día" que eran libros encuadernados en tela creados por "hermanas de sangre" y madres para dar a sus hermanas e hijas en su boda. El contenido habitual eran canciones en Nü Shu, que eran entregadas el tercer día después de la boda. De esta forma expresaban sus deseos de felicidad a la joven mujer que había abandonado el pueblo para casarse y la pena que sentían por esta separación. Debido a su carácter secreto era normal que los textos fueran destruidos tras ser leídos. Siendo además otro duro golpe el que llegó con la dictadura comunista. Miles de manuscritos fueron interceptados y quemados por los “Guardianes Rojos”, en la llamada “Revolución Cultural”, quienes buscaban destruir cualquier símbolo de cultura antigua en pos de sus oscuros planes. Estos tristes sucesos imposibilitan a los arqueólogos de hoy en día a contar con una base firme sobre la que investigar.
El Nushu posee definitivamente todos los elementos del romanticismo: Un lenguaje nacido de la opresión, una historia colorida y un ocaso repentino tras una vida de varios siglos. Es por esto que varias mujeres jóvenes del lugar comenzaron a retomar el idioma olvidado, esta vez por motivos económicos.
Comparación con el Chino Mandarín
Un gran problema en la conservación de este lenguaje es que no existen prácticamente documentos escritos. La mayoría de los escritos formaban poesías con líneas de versos, de 5 o 7 caracteres. Era trasmitido de madres a hijas o entre cuñadas. Entre los manuscritos más llamativos están las “Cartas del tercer día" que eran libros encuadernados en tela creados por "hermanas de sangre" y madres para dar a sus hermanas e hijas en su boda. El contenido habitual eran canciones en Nü Shu, que eran entregadas el tercer día después de la boda. De esta forma expresaban sus deseos de felicidad a la joven mujer que había abandonado el pueblo para casarse y la pena que sentían por esta separación. Debido a su carácter secreto era normal que los textos fueran destruidos tras ser leídos. Siendo además otro duro golpe el que llegó con la dictadura comunista. Miles de manuscritos fueron interceptados y quemados por los “Guardianes Rojos”, en la llamada “Revolución Cultural”, quienes buscaban destruir cualquier símbolo de cultura antigua en pos de sus oscuros planes. Estos tristes sucesos imposibilitan a los arqueólogos de hoy en día a contar con una base firme sobre la que investigar.
El Nushu posee definitivamente todos los elementos del romanticismo: Un lenguaje nacido de la opresión, una historia colorida y un ocaso repentino tras una vida de varios siglos. Es por esto que varias mujeres jóvenes del lugar comenzaron a retomar el idioma olvidado, esta vez por motivos económicos.
Comparación con el Chino Mandarín
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